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En febrero de 1943, la revista LIFE publicó una serie de fotografÃas de Guadalcanal — el más grande de las Islas Salomón y el sitio de la ofensiva primero, fundamental de los aliados en el PacÃfico durante la II guerra mundial.
Una de esas fotos, hechas por un fotógrafo de la vida de 25 años de edad llamado a Ralph Morse, instantáneamente tocado una fibra sensible con millones de la revista de los lectores. Siete décadas después, sigue siendo una de las imágenes más inquietantes a surgir de cualquier guerra. Foto de Morse (el primero en esta galerÃa) de la cabeza de un soldado japonés cortada empalada en un tanque de captura más gráficamente e inmediatamente que los volúmenes de palabras podrÃan la barbarie de la guerra implacable y a menudo casual.
AquÃ, siete décadas después del final de esa campaña crÃtica, LIFE.com presenta no sólo recuerdos de Morse hizo esa fotografÃa sino también otros cuadros de Guadalcanal, fotos que encontré en la vida y muchos más (por Morse y otros dos empleados, los hermanos Joe y Frank Scherschel) que nunca fueron publicados en la revista.
Leer la leyenda que acompaña la foto inquietante de Morse en el número 01 de febrero de 1943, de la vida, "cráneo de un soldado japonés está sostenido por un tanque Jap [sic] quemado por las tropas estadounidenses. Incendio destruyó el resto del cadáver".
Morse, sin embargo, todavÃa muy ágil en 96 — recuerda un poco diferente. Como sabe todo aquel con incluso un conocimiento del fallecimiento de la II guerra mundial, las tropas de Estados Unidos (y tropas de todos los demás paÃses que lucharon en el conflicto largo y brutal) a veces participan en la clase de horrible comportamiento mostrado en fotografÃa de Morse. Pero en recuerdos del fotógrafo de ese dÃa, parecÃa más probable que los japoneses fueron los que colocaron el cráneo quemado ese tanque ruinas como una trampa atroz para los estadounidenses curiosos.
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"El ejército habÃa asumido el control de los Marines," dice Morse LIFE.com, configuración de la escena en Guadalcanal a finales de 1942, "y estaba viajando con un grupo de soldados patrullando. En los bosques de las islas, tenÃas que caminar en una sola lÃnea. El pincel era tan muy espeso que si no cumpliste tu ojo en los zapatos del hombre delante de ti, que estabas perdido. Creo que fue tres o cuatro dÃas de caminata sólido, pero estábamos bien." Una pausa. Luego, "Éramos muy jóvenes", dice, casi maravilladas.
Por su parte, la vida describe terreno de Guadalcanal de esta manera: "la selva es una pared sólida de crecimiento vegetal, a cien metros de altura. Hay hojas de oreja de elefante del taro, helechos y dentadas hojas de los árboles de plátano, hojas de palma grandes todo enredado en una web fantástica. Cerca de la tierra hay miles de tipos de insectos, Mantis, hormigas y arañas... En un clima caliente y húmedo mosquitos viven lujuriante. A veces ellos se colocar tan profundamente en la carne de los soldados, tienen que ser cortado.
"Hemos venido a una abertura grande en la playa", dijo Morse, y habÃa un tanque con una calavera, cerca de la torreta. El sargento llevando la patrulla lo mira y dice: 'Muchachos, ese cráneo ha sido puesto ahà por una razón, y los japoneses probablemente tienen granadas de mortero dirigidos en este lugar'. Una escena repugnante como siempre que dibujará personas, y la idea, por supuesto, era que cualquier tropas americanas que vino obviamente quisiera parar y echar un vistazo.
' "Permanezcan lejos de allÃ", dice el Sargento, luego se volvió hacia mÃ. '' Dice: 'toma tu foto si a, entonces salir rápido.' Asà que me acerqué, tengo mis fotos y corriendo hacia donde habÃa dejado la patrulla.
Preguntó cuando era capaz de ver las fotos que hizo en Guadalcanal, o en cualquiera de los otros lugares le disparó durante la guerra, en el PacÃfico y en toda Europa, Morse se rÃe y dice: "no hasta que llegó un ejemplar de la revista, meses más tarde, a veces — o hasta que después volvimos a los Estados."
Espontáneamente, ofrece una visión reveladora en la logÃstica de fotografiar en una zona de guerra en los años 40 tempranos, y el creativo medidas fotógrafos inventados para hacer el trabajo.
"Antes de volar a las Islas Salomón, donde los combates era, fuiste al PX en Honolulu," explica Morse — la tienda PX (o intercambio de correos), siendo el minorista que opera en bases militares en todo el mundo — y compró una caja de condones. Cuando estabas en la selva o en las playas, escribió sus leyendas y cayeron en un condón con tu pelÃcula sin revelar, atado en un nudo y disecado en un envolvente y esperaba que todo quedarÃa seco.
"Luego, cuando llegó a un lugar donde habÃa un barco o un avión saliendo, enviarÃas la pelÃcula a los Estados Unidos. Siempre irÃa directamente a los censores en Washington, y luego lo que estaba bien serÃa enviado la revista o periódico o donde sea. Pero porque no vimos la pelÃcula desarrollada por semanas o meses, a veces no sabÃamos si estaban trabajando nuestras cámaras! PodrÃan estar rotos y no sabrÃamos. Nosotros seguimos disparando. Creo que primero vi la foto del cráneo después tengo la malaria y el ejército me envió de vuelta a casa. Finalmente vi la foto en las oficinas de la vida en Nueva York".
Un último punto vale la pena subrayar: Ralph Morse fue suerte incluso de estar vivo a finales de 1942, cuando hizo esa foto del cráneo. Unos meses antes, habÃa estado a bordo del crucero USS Vincennes cuando fue hundido por torpedos japoneses durante la batalla de la isla de Savo, no lejos de Guadalcanal. En libro de 1998 de John Loengard, fotógrafos de vida: lo que vieron, Morse describe la acción sobre el Vincennes:
De Guadalcanal en 1942, a la 1 de la mañana... suenan cuartel general. Salir de la cama y ponerme mi ropa, salir corriendo y subir a cubierta porque nosotros estamos siendo golpeados.
Es el azabache, pero estamos lanzando bengalas para arriba, y barcos están volando. Era como un set de pelÃcula.... Pedazos del barco seguÃa recibiendo pasmado y usted no obtener rayado, pero eres con las personas ya no existen. Comenzamos en la lista, la cubierta estaba tan resbaladiza con sangre que era como una pista de patinaje sobre hielo. El capitán ordenó a recoger a los heridos en el agua. Bueno, en ese momento no están tomando fotografÃas. Estás tirando heridos. Estás cubierto de sangre. Chicos gritando.... Pero termina, y la batalla, la luz se hundió.
Las órdenes vinieron a abandonar la nave. Me fui por la borda con uno de los fotógrafos de la nave, y estábamos corto un salvavidas. TenÃamos cinco personas y cuatro chalecos salvavidas. Asà que nosotros seguimos pasando uno alrededor. PodrÃa flotar sobre la espalda durante un tiempo, y luego, mientras flotábamos, nos conocimos a más y más grupos. SolÃamos jugar al bridge, y dos de mis compañeros de puente flotaban, asà que pasamos el resto de la noche flotando por la gente preguntando si jugaron puente — para impedir que preocuparse acerca de los tiburones. Tuvimos mucha suerte esa noche porque habÃa tanta sangre en el agua, pero con todas las cargas de profundidad siendo lanzadas creo que cada tiburón en su sano juicio hubiera salido de allÃ. Nos recogimos unas seis horas más tarde por destructores.
Morse se mantuvo con vida, cubriendo todo tipo imaginable de historia — de la carrera espacial a los deportes (hizo la foto más famosa de Jackie Robinson) a Broadway — para los próximos 30 años, hasta que la revista finalmente doblado como un semanario en 1972.
— Ben Cosgrove es el Editor de LIFE.com
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